En un mundo donde la empatía y la cooperación son altamente valoradas, poner límites a menudo se percibe como un acto de confrontación o egoísmo. Sin embargo, la verdad es que la habilidad de establecer límites saludables es esencial para nuestra propia salud mental, emocional y relaciones interpersonales. En este artículo, exploraremos cómo puedes no solo establecer límites, sino también hacerlo con valentía, compasión y un toque de innovación emocional.
El Dilema de los Límites
¿Por qué tantas personas luchan por establecer límites efectivos? La respuesta a menudo radica en el miedo al conflicto, la necesidad de aprobación o la falta de confianza en sí mismos. Como coach con una especialización en inteligencia emocional, he visto tanto casos de personas que no saben dónde están sus límites como de personas que sí lo saben, pero tienen dificultades para hacerlos respetar.
Una de las razones detrás de esto es que tendemos a enfocarnos en lo que debemos decir para establecer un límite, pero descuidamos dos partes fundamentales: cómo nos sentimos cuando lo hacemos y qué estamos dispuesto a accionar. La inteligencia emocional nos enseña que nuestras emociones son nuestra guía interna, y poner límites no debe ser una excepción.
Entonces, el dilema es que lo que digo, siento y hago no está en congruencia con respecto a los límites que pongo.
Conectar Emocionalmente con tus Límites
Aquí está la joya novedosa y emocionalmente conectada: antes de comunicar tus límites a otros, primero debes conectarte emocionalmente contigo mismo. Date permiso para sentir lo que sientes. Reconoce tus emociones y valida tu necesidad de establecer límites. Conecta con tu corazón. Recuerda, poner límites no es ser egoísta; es un acto de amor propio.
"Si no tienes conciencia de tus emociones, no puedes manejarlas adecuadamente". - Daniel Goleman
Entonces, enfrenta tus propios límites desde tus emociones y comportamientos antes de exigirlos. ¿Qué te hace sentir esta situación? ¿Por qué necesitas establecer este límite?
Innovación Emocional: El Arte del Diálogo Interior
Antes de abordar a la persona que está cruzando tus límites, considera tener un diálogo interno contigo mismo. Este es un concepto innovador y poderoso. Imagina que eres tu propio coach emocional. Pregúntate a ti mismo: "¿Qué necesito proteger? ¿Cuál es mi objetivo aquí? ¿Estoy honrando mis valores o los de alguien más? ¿Cómo puedo comunicar mis límites de manera clara y compasiva? ¿Cuál es el límite del límite en el que me comprometo conmigo mismo a ejercer la acción necesaria para mi bienestar?
La compasión por ti y por el otro solo la puedes sentir cuando estás conectado con tu corazón, no lo haces solo con la mente.
Este diálogo interior te ayudará a abordar la situación con una perspectiva más tranquila, amorosa y segura. No se trata solo de decir "no", sino de comunicar tus límites con empatía y comprensión hacia la otra persona, exponiendo claramente como te hace sentir su comportamiento (enfócate en el evento de forma objetiva no en la persona) y las acciones que activarías en caso de que no respete tus límites, no es manipulación es asertividad.
Si no estás dispuesto a cumplir tus propios límites no exijas que otros los cumplan, porque pueden suceder estos tres escenarios:
Pones tantos límites que es insostenible mantener relaciones sanas ya que pasas a querer controlarlo todo y corres el riesgo de rayar en la soberbia, en ese momento puede ser tú el que irrespetas.
Te pierdes en el camino porque le otorgas mucho poder al otro y dejas de hacerte cargo de ti.
Cuando las personas rebasan tus límites y tú no ejecutas las acciones que prometiste hacer, te pierdes el repeto a ti mismo y eso afecta tu autoestima y la credibilidad de los demás.
Recuerda que hay una gran diferencia entre límites y acuerdos. ¡¡Ojo con eso!!
La inteligencia emocional nos enseña que las relaciones más fuertes se construyen sobre la base del respeto propio y mutuo.
Ejemplo Inspirador
Recuerdo a una persona, que estuve acompañando en su exploración personal, que luchaba por establecer límites en su lugar de trabajo. Ella se sentía constantemente abrumada y explotada por sus colegas. Luego, de conocer su propio sistema de valores, reconocer el mensaje detrás de una emoción y la práctica del diálogo interior, aprendió a conectarse emocionalmente con sus necesidades, a comunicar sus límites con empatía y sobre todo a cumplirse a ella misma. Esto último, hizo que disminuyera y priorizara su lista de límites, porque comenzó a hacerse cargo de muchas situaciones internas que depositaba en el otro como sistema de protección, y comenzó a generar acuerdos. Al hacerlo, no solo cambió su propia vida, sino que también inspiró a sus compañeros a ser más conscientes y respetuosos.
En resumen, poner límites no es solo sobre lo que dices, sino cómo te sientes, cómo te comunicas y cómo actuas. Abraza tus emociones, reconoce tu propio sistema de valores, practica el diálogo interior, comunica tus límites con compasión y actúa con valentía cuando sea necesario.
"La valentía es contagiosa. Cuando una persona se atreve a ser honesta, a menudo inspira a otros a hacer lo mismo". - Brené Brown.
Sé esa persona que inspira a otros a establecer límites sanos desde su esencia y a vivir con autenticidad.
Celemma Lara
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